2. Crisis de la intermediación mediática y reconfiguración del espacio público
La desinformación no solo se ha convertido en un desafío para la democracia, sino también para la profesión periodística. Históricamente, el periodismo ha desempeñado una función esencial para la democracia, dada su capacidad para ofrecer información veraz y contribuir a la formación de la opinión pública. Sin embargo, los últimos tiempos se han caracterizado por un contexto de creciente complejidad comunicativa que ha desdibujado los límites que separaban a los productores de información de los consumidores. Más concretamente, las redes sociales han puesto en manos de los usuarios la posibilidad de producir y difundir informaciones, prácticas que anteriormente eran un monopolio exclusivo de los medios. En este espacio público, los medios dejan de funcionar como filtros de la información, mientras que la ciudadanía se enfrenta a un escenario con múltiples fuentes de autoridad moral.
En esta línea proponemos varias preguntas para el debate: ¿Cómo afecta el escenario de Internet a la profesión periodística y a su histórico papel de mediación? ¿Qué papel juegan los medios de comunicación y el periodismo en la interpretación del mundo social en el contexto de la complejidad comunicativa y el desorden informativo? ¿Pueden los medios periodísticos proporcionar todavía ese terreno común para la conversación pública que requiere la democracia?
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